La consumación de los pactos del PP con Vox en las comunidades autónomas se veía dentro del PSOE como una puerta a la esperanza. La comprobación de la llegada del partido de Santiago abascal a las instituciones y el hecho de que tenían que gobernar se intuía como la chincheta necesaria para que la ciudadanía reaccionara. La estrategia de los socialistas, una vez más, ha sido advertir del peligro de que la derecha gobierne, de que el PP sea rehén de Vox. Pero en una semana en la que Carlos Mazónen València y María Guardiolaen Extremadura, se han investido de Vox en sus gobiernos, la popularlejos de sentir desgaste, van subiendo de escaños, como refleja la tónica de todas las encuestas, salvo la de CEI. “No están sangrando”, admiten y lamentan fuentes del Gobierno en referencia a PP y Vox.
En el PSOE hay enfado con feijoo por lo que califican de “montañas de mentiras” que, según los socialistas, dijo cara a cara con sánchez. También se admite que el “ruido” y el “enturbiamiento” de las noticias, por ejemplo sembrando dudas sobre el voto por correo, arruinan la estrategia y desvían el foco. El propio discurso de Sánchez esta semana ha girado, en gran medida, en responder a Feijóo sobre las sospechas y críticas vertidas contra Correos, eclipsando el mensaje de advertencia del “retroceso” que, defienden, los gobiernos del PP y Vox suponer.
Ese enfado, pero a la vez una mezcla de sentimiento de impotencia, fue captado ayer Félix BolañosMinistro de Presidencia, que acusó al líder popular de difundir bulos sobre Correos para “encubrir” los pactos entre PP y Vox en Valencia y Extremadura.
El tropiezo sufrido por Sánchez en la cara llevó al PSOE a emprender una estrategia para desmantelar las “mentiras sin fin” de Feijóo. En el Ejecutivo reconocen que no se habían entrado en este tipo de críticas y entramados al PP, como pasó con el Halcón o el «Que te vote tchapote!”, para “no dar alas” a argumentos que entienden han afectado al presidente del Gobierno y que pueden haber incidido en el resultado electoral. Pero en esta campaña la estrategia ha sido la contraria: entrar a desmentir y confrontar las propuestas y “mentiras” del Partido Popular desde el primer momento, mientras que el 23-J como un dilema entre el avance que, plantean, supone un gobierno progresista, o el “retroceso” que supondría un gobierno de Núñez Feijóo y Abascal.
“Ataque”
“Hay que desenmascarar que el discurso de Feijóo está basado en mentiras”, defienden fuentes gubernamentales, que consideran necesaria la campaña de “ataque” del presidente del Gobierno.
“Tengo que pensar mucho en el calificativo que le pongo a las últimas declaraciones de Feijóo”, fue el dardo que lanzó Isabel Rodríguez, portavoz ejecutivo. A su juicio, las acusaciones del líder del PP son un asunto “gravísimo” porque, ha añadido, “esta democracia es sagrada, está por encima de siglas, por encima de señores como Feijóo”.
El presidente popular, sin embargo, ayer volvió a intentar sembrar dudas sobre Correos: «¿Por qué tardaron tanto los refuerzos? ¿Por qué han improvisado tanto? ¿Y por qué Correos ha perdido mil millones de euros en los últimos años?
Las fuentes consultadas recuerdan que en pasadas campañas, la última de mayo de las municipales y autonómicas, la idea de Abascal como enemigo “no ha funcionado”. Creen que el argumento de que PP y Vox son lo mismo es peligroso en la medida en que puede desmontarse no aceptando la propuesta de que gobierne la lista más votada. “Los mensajes no son buenos”.
Las sospechas y acusaciones vertidas por Feijóo sobre Correos y el funcionamiento del voto a distancia están teniendo un papel protagonista en esta campaña de puesta en marcha, y han generado el “ruido” que temen en La Moncloa y Ferraz porque les impide colocar o entregar efectivamente sus mensajes. sucedió en 28-M con las polémicas listas de EH Bildu y el fraude en el voto por correo y vuelve a pasar ahora.
De ahí que Sánchez improvisó ayer a primera hora de la mañana su presencia en un acto a favor de la cultura y el progreso democrático -“Contra una Convivencia Censurada”-, en el que no admitió preguntas, pero en el que intentó volver a poner el foco en El pacto PP-Vox advierte de que “la censura se está abriendo camino en los municipios, ciudades y comunidades autónomas donde se está prohibiendo la emisión de películas o la celebración de obras de teatro”.
Esta pretensión de querer recuperar el terreno perdido también fue exhibida por Félix Bolaños. Tras participar en un curso de verano en la Universidad Complutense de Madrid, insistió en que acusaciones como las de Feijóo cuestionando el voto por correo no son más que bulos por lo que, entiende, no se habla de los pactos con el partido de Abascal que, según al ministro, avergonzar a Feijóo y a la dirección de su partido. “Por eso sigue lanzando bulos, a ver si alguno logra encubrirlos”.
“Tenemos que hablar de Vox porque se han quitado la mascarilla”, dicen fuentes gubernamentales. «Estas semanas han dado para mucho. El Partido Popular está intentando que esto no se vea.
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