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La eurodiputada de Junts Clara Ponsatí ha vuelto a agitar el panorama político el día después del 23-J. La exministra de Cultura, huida de la justicia española por su participación en el proceso, ha asegurado esta mañana que se encuentra en Barcelona pese a que tiene pendiente una orden de detención, dictada por el magistrado Pablo Llarena, por su negativa a acudir a declarar. Fuentes de su entorno en el partido independentista y defensa confirman a este diario que Ponsatí se encuentra en la capital catalana y que previsiblemente será detenida.
“Aprovechando el fresco de la mañana, me di un paseo hasta la Casa Vicenç (un edificio modernista del barrio de Gràcia de Barcelona). Mientras estemos aquí, Cataluña seguirá en pie. ¡Buenos días Barcelona! ”, ha escrito Ponsatí en su cuenta de Twitter. En ocasiones similares, su entorno se ha negado a comentar si ella estaba realmente en Cataluña o se trataba de una fotografía publicada tras su estancia. En esta ocasión, sin embargo, tanto fuentes del partido como la defensa de la eurodiputada -que ejerce el criminal Gonzalo Boye- aseguran que se encuentra en Barcelona.
El movimiento de Ponsatí llega al día siguiente de unas elecciones generales que han convertido a Junts en pieza clave, con sus siete diputados en el Congreso, para permitir una eventual investidura de Pedro Sánchez. La ejecutiva del partido se reúne esta tarde para tomar una decisión al respecto, aunque la cabeza de lista, Míriam Nogueras, ya avisó anoche de que la formación de Carles Puigdemont no hará presidente a Sánchez “por nada”.
El pasado mes de julio, el juez de instrucción de la proceso, Pablo Llarena, emitió una orden de captura nacional contra Ponsatí porque “voluntaria e injustificadamente” incumplió su obligación de comparecer ante el Tribunal Supremo (TS) en abril. El exconsejero está siendo procesado por un delito de desobediencia tras la reforma del Código Penal, que derogó el delito de sedición. La desobediencia es un delito que sólo se castiga con la inhabilitación y no con la prisión, lo que impide a Llarena emitir una euroorden. En cambio, puede hacerlo si Ponsatí (como lo hizo) incumple la obligación de comparecer ante el tribunal.
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