El pasado fin de semana, el presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, visitó Rusia durante dos días. En San Petersburgo se reunió con el presidente ruso, Vladimir Putin, y ambos conversaron sobre Polonia y el deseo de los soldados mercenarios del Grupo Wagner de dirigirse hacia Varsovia y la ciudad de Rzeszów, en el sureste del país. ¿Cómo deben interpretarse estas afirmaciones?
¿De qué hablaron Putin y Lukashenko?
El “asunto de Polonia” ya fue mencionado por Putin el 21 de julio, en una sesión del Consejo de Seguridad de Rusia, donde habló sobre su visión sobre la historia de Polonia. Según él, el liderazgo polaco quiere, “bajo el paraguas de la OTAN” intervenir directamente en el conflicto en Ucrania y anexar las regiones occidentales de ese país. En cuanto a Bielorrusia, Polonia tiene “sueños” similares, señaló Putin. El 23 de julio, ambos líderes continuaron desarrollando esa narrativa. Lukashenko explicó que los soldados mercenarios del Grupo Wagner en Bielorrusia se abrían paso hacia el oeste. “Hagamos una excursión a Varsovia y Rzeszów”, dijo Lukashenko citando a los mercenarios. Para la reunión, llevó un mapa sobre “la transferencia de tropas polacas a la frontera del estado de la unión ruso-bielorrusa”.
Que significa todo esto?
El politólogo bielorruso Valery Karbalevich cree que Putin y Lukashenko hablaron, sobre todo, de la presencia de los mercenarios de Wagner en territorio bielorruso, y que las amenazas contra Polonia son un montaje. De esta forma, Lukashenko hubiera querido dejar claro que los mercenarios querían atacar Polonia, pero que los detuvo. “Ese es el escenario más importante que se debe presentar al público”, dijo a DW Karbalevich. Dos días después de la rebelión del jefe del Grupo Wagner, Yevgeny Prigozhin, Lukashenko probablemente “habló demasiado”, por lo que habría recibido una reprimenda de Moscú, y luego hizo declaraciones “dentro del marco que le impuso el Kremlin”, dijo a DW Ryhor Nizhnikau, investigador sénior del Instituto Finlandés de Asuntos Internacionales, en una entrevista.
¿Por qué el ataque verbal a Polonia?
Los expertos están seguros de que, debido a su apoyo a Ucrania, Polonia se ha convertido en otro “enemigo colectivo de Rusia”. No solo se entrega equipo militar a través de Polonia, sino que Polonia insiste en nuevas sanciones contra Rusia y también es un firme partidario de la integración de Ucrania en la UE y la OTAN. “Polonia limita con Bielorrusia y Ucrania. Cuando hablamos de una amenaza de los mercenarios de Wagner, sería extraño asociarlos con EE. UU., Alemania o Francia. Están tan lejos. En cuanto a Lituania y Letonia, son países pequeños, pero Polonia es un oponente serio”, explica Karbalevich.
Más allá de eso, Putin está tratando de esta manera de mostrar a los rusos “cuán hábilmente los ha vuelto a vencer”, agrega el experto. El levantamiento de Prigozhin traumatizó severamente a Putin, dice Karbalevich. Por lo tanto, era importante para él usar el mismo recurso contra sus enemigos. “En otoño se llevarán a cabo elecciones parlamentarias en Polonia. Tanto Putin como Lukashenko están tratando de influir en ellos, incluso con amenazas, para que los votantes giren en la dirección ‘correcta’, es decir, hacia las fuerzas que están haciendo campaña para decir que el papel de Polonia en la guerra está mal y que debe abandonarse para evitar una tercera guerra mundial”, dijo Nizhnikau.
¿Solo una estrategia de propaganda?
Karbalevich cree que la reunión entre Lukashenko y Putin es una estrategia de propaganda, “un ataque y extorsión de información, más que un peligro real, porque los mercenarios de Wagner aún están lejos de la frontera polaca. Según los servicios secretos occidentales, hay unos 3.500 mercenarios en Bielorrusia. Y hay planes para trasladar hasta 10.000 a ese país. Pero ese número tampoco sería peligroso”, según el experto. Ich duda de que Prigozhin y sus mercenarios sigan actualmente las órdenes de Putin. La rebelión de junio demostró que es una estructura independiente que “solo se embarca en aventuras si puede beneficiarse de ellas”.
Pero si la amenaza se hiciera realidad, las consecuencias serían impredecibles, ya que se trataría de un ataque a un país de la OTAN. Eso activaría el artículo 5 del tratado, según el cual un ataque a un miembro de la OTAN es un ataque a todos los miembros, que se aplicó solo una vez: después de los ataques del 11 de septiembre en los EE. UU.
“Si yo fuera Lukashenko, tendría cuidado de no enviar mercenarios de Wagner a Polonia, porque el Kremlin se distanciaría inmediatamente de ellos. Bielorrusia sería la que recibiría la respuesta. Podría haber una intervención militar en Bielorrusia”, dice Nizhnikau.
“Polonia no tiene absolutamente ninguna intención de conquistar Ucrania o Bielorrusia”, explica Kamil Klysinski del Centro de Estudios Orientales de Varsovia.
Según el experto, Varsovia solo se está preparando para la defensa. El gobierno polaco está seguro de que los mercenarios de Wagner no atacarían los puestos de control en la frontera entre Polonia y Bielorrusia porque carecen de armas pesadas y equipo para hacerlo.
Tanto Lukashenko como Putin saben que la presencia de mercenarios en Bielorrusia conlleva ciertos riesgos para Polonia, dice Klysinski, y agrega: “Pero antes que nada, son riesgos para Lukashenko, y él lo sabe”. El mayor desafío ahora es cómo Bielorrusia puede deshacerse de los mercenarios del Grupo Wagner.
(cp/ers)
Leave a Reply