Llega el Día Mundial del Cerebro, una oportunidad para visibilizar los principales problemas que lo afectan y también para reflexionar sobre condiciones o hábitos que pueden ser dañino. El tema de este año es “Salud cerebral y discapacidad: no dejar a nadie atrás”.
Teniendo en cuenta que según la Federación Mundial de Neurología (WFN), las enfermedades cerebrales, como las vinculadas a la demencia y los accidentes cerebrovasculares, son las segunda causa de muerte en el mundo Es fundamental conocer las cuestiones que ayudan a prevenirlas.
En esa dirección, Verónica Tkachuk, médica de la División de Neurología del Hospital de Clínicas de la UBA, afirma que lo que afecta al corazón, también afecta el cerebro.
“Hay parámetros y factores de riesgo que históricamente se han asociado con el daño cardíaco, como la hipertensión o el colesterol alto, el sobrepeso, la obesidad, el tabaquismo y el cáncer de pulmón. Es muy importante decir que todas estas circunstancias y hábitos también afectar directamente en la salud neurológica y que pueden determinar futuras enfermedades”, advierte.
Las dos enfermedades que más afectan al cerebro
Entre las enfermedades neurológicas más frecuentes, el Servicio de Neurología del Hospital destaca que si el factores de riesgo y se lleve a cabo una correcta rehabilitación, en caso de sufrir alguna, la altos grados de eficacia sobre la calidad de vida del paciente.
1- ACV: Esta es una afección grave que ocurre ya sea por la ruptura de un vaso sanguíneo o cuando se interrumpe el flujo de sangre al cerebro.
Según datos obtenidos de los estudios SIFHON y EstEPA realizados por Fleni, en Argentina existen entre 40.000 y 60.000 ACV por año, así como cerca de 18.000 muertes asociadas a esta enfermedad, lo que la convierte en la tercera causa de muerte en el país.
Además, se estima que cerca de 340.000 personas (2% de la población adulta de Argentina) viven con secuelas de un golpe
“Sus principales factores de riesgo están ligados a la obesidad, el sedentarismo, el colesterol alto y el tabaquismo”, advierten desde Clínicas.
“La enfermedad cerebrovascular no solo es más frecuente de lo que pensamos, sino que es una de las principales causas de discapacidad y demencia del mundo”, afirma Virginia Pujol Lereis, subdirectora del Centro Integral de Neurología Vascular de Fleni.
Y añade: “Ante esta realidad, debemos recordar que también es una enfermedad potencialmente prevenible. Él 90% de riesgo de un derrame cerebral depende de 10 factores de riesgo sobre los que podemos actuar”, advierte.
Al respecto, informa que una revisión de pacientes hospitalizados por un accidente cerebrovascular en Fleni mostró que casi el 80% tenían factores de riesgo que no se trataron adecuadamente antes del evento, lo que significa que podrían haber sido potencialmente prevenibles.
2- Demencia: Desde las Clínicas señalan que más de 55 millones de personas en todo el mundo padecen demencia, y más del 60% vive en países de ingresos bajos y medios. Cada año, hay casi diez millones de casos nuevos.
En una nota publicada en Clarín, Ronald Petersen, neurólogo y director del Centro de Investigación de la Enfermedad de Alzheimer de Mayo Clinic, aclaró que la demencia no es realmente una enfermedad, sino un término que describe un conjunto de síntomas que afectar la memoria, el pensamiento y las habilidades sociales.
Si bien es cierto que la enfermedad de Alzheimer es la forma más común de demencia, Petersen enfatizó en diferenciar claramente los términos, ya que la demencia puede ser causada por varios factores, pero la enfermedad de Alzheimer está asociada con ciertas cuestiones muy específicas.
“La demencia es una síndrome, y significa que una persona no puede pensar tan bien como antes: tiene olvidos, dificultad para encontrar las palabras que quiere pronunciar, problemas con las habilidades espaciales, atención, concentración; todo lo cual afecta su funcionamiento diario”, señaló.
Petersen señaló que al analizar cuáles son las causas de la demencia, la enfermedad de Alzheimer aparece como un anormalidad de dos proteínas en el cerebro: tau y beta amiloide, que “destruyen” el correcto funcionamiento del cerebro.
“La demencia de Alzheimer tiene una alta incidencia, pero la la demencia podría ser causada por otros problemas como pequeños derrames cerebrales, tumores, hidrocefalia y una variedad de otras cuestiones”, diferenció.
Ictus y demencia: cómo prevenirlos
Desde distintos ámbitos, y aprovechando la efeméride, se hace cada vez más hincapié en la importancia de la prevención como medida clave. Por supuesto, no se trata de hacer una sola cosa, sino de analizar nuestro estilo de vida, compararlo con las pautas saludables recomendadas y ver qué podemos mejorar.
“Cuidar la salud de nuestro cerebro es básico para mantener una calidad de vida óptima a medida que envejecemos. Adoptando un estilo de vida saludable desde la infancia y tomando medidas preventivas, se puede reducir el riesgo de enfermedades cerebrovasculares y favorecer un envejecimiento saludable del cerebro”, destaca Pujol Lereis.
Si lo que se busca es prevenir este tipo de padecimientos, se ha demostrado que la Estilo de vida ocupa un papel central. En este sentido, los hábitos saludables son una gran medida de prevención que debe mantenerse en el tiempo para cuidar la salud cerebral.
Desde las Clínicas aclaran que si bien existen condiciones genéticas y antecedentes familiares que predisponen a la aparición de algunas de las patologías mencionadas, mucho se puede hacer para evitar o retrasar su aparición. Las pautas de prevención mencionadas se complementan con las proporcionadas por la doctora Fleni:
- Alimentación: Se recomienda al menos cinco raciones diarias de frutas o verduras. Además, debemos incluir cereales integrales, proteínas magras y grasas saludables como las que se encuentran en el pescado y los frutos secos. Limite el consumo de grasas saturadas, alimentos procesados y azúcares refinados. ¿Cómo lograrlo? La dieta mediterránea es una gran opción.
- ejercicio aerobico: ¿Porque es importante? Ayuda a reducir la presión arterial, aumentar los niveles de colesterol bueno, bajar de peso, controlar la diabetes y el estrés. ¿Cómo lograrlo? “Aumenta gradualmente hasta por lo menos 30 minutos de actividad física aeróbica, como caminar, trotar, nadar o andar en bicicleta la mayoría de los días de la semana”, sugieren.
- mantener un peso saludable: En línea con lo anterior, el sobrepeso aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares, incluido el accidente cerebrovascular. Mantener un peso adecuado a través de una dieta balanceada y ejercicio regular puede reducir significativamente ese riesgo.
- abandonar los hábitos nocivos: Como fumar, drogas ilícitas, exceso de alcohol.
- Estrés moderado. qué¿Cómo hacerlo? A través de alguna actividad recreativa, manteniendo una vida social. También practicando meditación, rutinas de autocuidado. “Lo que le funcione a cada uno para reducir el estrés, que empeora cualquier otro factor de riesgo”, recomiendan.
- chequeo medico anual para la búsqueda y tratamiento de factores de riesgo de ictus. Si hay hipertensión, diabetes, colesterol alto, arritmias, entre otras, deben ser tratadas y controladas de cerca.
- un buen descanso: La mala calidad del sueño está relacionada con el deterioro cognitivo. Los trastornos respiratorios, como la apnea del sueño, también conllevan un mayor riesgo de trastornos de la memoria y del corazón.
- mantén tu mente activa: Esto puede ayudar a fortalecer las conexiones cerebrales y reducir el riesgo de deterioro cognitivo. Es importante estimular el cerebro participando en actividades intelectuales y desafiantes. Leer libros, resolver acertijos, aprender un nuevo idioma o tocar un instrumento musical son ejemplos de esto. Pujol Lereis indica que “es sumamente importante mantener las funciones cognitivas a través de acciones que desafíen lo ya conocido, puede ser realizar alguna actividad física que nos ayude con la coordinación y el equilibrio como bailar, e incluso cambiar rutinas como cepillarse los dientes con una mano que no sea diestra. Cualquier cosa que suponga un reto será un gran estímulo para mantener las funciones cognitivas”, propone.
- socializar regularmente: El aislamiento social se asocia con un mayor riesgo de demencia. Debemos promover lazos sociales significativos con amigos, familiares y la comunidad. Para ello, la sugerencia es participar en actividades sociales, unirse a grupos de interés o realizar actividades de voluntariado.
“La discapacidad neurológica puede ser prevenido, tratado y rehabilitado”animan desde las Clínicas, a cerrar.
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