Si ya tienes 45 años, debes revisarte la próstata como prevención contra el ‘cáncer silencioso’

En 2022 fueron diagnosticados en España 30.884 nuevos casos de cáncer de próstata. De estos, más de 6.100 fallecieron a causa de esta enfermedad.

(Un urólogo explica qué hacer si te duelen los testículos: “Es importante hacerse un autoexamen para detectar el cáncer”)

“Con la edad, la próstata sufre diferentes cambios que pueden o no estar asociados a problemas de salud en los hombres. Es una glándula que puede malignizarse con el paso de los años, provocando la aparición de cáncer de próstata, el segundo tumor más común en los hombres. De ahí la importancia de los controles de próstata, tengas o no síntomas, a partir de los 45 años, ya que, como en cualquier otro cáncer, la prevención y la detección precoz son fundamentales”, apunta. Javier Romero Otero, director del Servicio de Urología de HM Hospitales de Madrid y Director Médico de Clínica ROC.

De EL VIVO desde EL ESPAÑOL hemos hablado con este experto sobre el llamado “cáncer silencioso”.

¿Por qué es importante cuidar y controlar la próstata?

Con la edad, la próstata sufre diferentes cambios que pueden o no estar asociados a problemas de salud en los hombres. Es una glándula que puede malignizarse con el paso de los años, provocando la aparición de cáncer de próstata, el segundo tumor más común en los hombres. De ahí la importancia de los controles de próstata, tengas o no síntomas, a partir de los 45 años, ya que, como en cualquier otro cáncer, la prevención y la detección precoz son fundamentales.

¿A partir de qué edad empieza a dar más problemas y cuáles son los cambios que sufre con la edad?


Lo cierto es que no hay una edad exacta a la que empiezan a aparecer los problemas de próstata en los hombres. Cada paciente puede experimentarlos a una edad diferente. Sin embargo, alrededor de los 40-50 años es el momento en que muchos hombres comienzan a ver un claro empeoramiento de la calidad de la micción.

La patología prostática suele aparecer a partir de los 40 años, tanto benigna como maligna, debido a la relación entre la presencia de testosterona y la edad de los hombres.

El crecimiento benigno puede dar lugar a hiperplasia prostática benigna (HPB) que se asocia a síntomas miccionales caracterizados por la obstrucción de la salida de orina de la vejiga debido a la disposición anatómica de esta glándula. En concreto, este aumento de volumen hace que la salida de la orina se estreche, provocando que el chorro de orina sea débil, intermitente e impida que la vejiga se vacíe bien, provocando una clínica miccional que conlleva un deterioro de la calidad de la micción y que puede provocar un deterioro vesical con las complicaciones asociadas.

Por otro lado, la próstata tiende a malignizarse con el tiempo y por efecto de la testosterona, provocando la aparición del segundo cáncer más frecuente que padecen los hombres, el cáncer de próstata.

La probabilidad de padecer este cáncer aumenta con la edad y se considera que a los 40 años el 40% de los hombres pueden tener cáncer de próstata o padecer hiperplasia prostática benigna; a los 50 años, 50%; a los 60 años, 60%; ya los 70 años, el 70%.

¿Es posible que los síntomas de la hiperplasia prostática benigna (HPB) y el cáncer de próstata sean los mismos y conduzcan a error? ¿Cómo detectar uno u otro?

El cáncer de próstata no produce síntomas en sus etapas iniciales, sino que se superpone con los de la hiperplasia prostática benigna. La mayoría de las veces se diagnostica antes de que llegue a producir algún efecto, ya que las manifestaciones que suele presentar un hombre con un tumor de próstata son secundarias a la hiperplasia prostática benigna, que suele coexistir con ésta: disuria (dolor al orinar), aumento de la micción, chorro perezoso, sensación de evacuación incompleta, urgencia, urgencia o urgencia, urgencia o urgencia ina) y Haypermia (sangre en el semen).

El diagnóstico de hiperplasia prostática benigna comienza con la valoración de la historia clínica del paciente y la realización de una serie de preguntas y pruebas como la medición de síntomas a través de un cuestionario (IPSS Prostate Symptom Scale), examen físico mediante tacto rectal para valorar el tamaño, forma y consistencia de la próstata, análisis de orina, análisis de sangre para descartar problemas renales y medir los niveles de antígeno prostático específico (PSA), test de flujo urinario (flujometría) y ecografía de la vejiga para determinar si queda orina. después de su vaciado.

En cuanto a la detección del cáncer de próstata, también se realizan una serie de pruebas, como un examen físico por tacto rectal, un análisis de sangre para medir los niveles de antígeno prostático específico (PSA) y un análisis de orina, y se complementan con una resonancia magnética multiparamétrica de próstata y una biopsia de próstata, siempre que se detecte alguna anomalía en las pruebas anteriores.

¿Cuáles son los primeros signos a los que hay que prestar atención?

Por un lado, cuando se habla de hiperplasia prostática benigna, existen tanto síntomas obstructivos (chorro roto, suelto, dificultad para iniciar la micción…) como síntomas irritativos secundarios al deterioro que sufre la vejiga debido a esta obstrucción, de forma que aparece lo que se denomina irritabilidad vesical, con aumento de la frecuencia miccional, con necesidad de tener que orinar por la noche, con una gran urgencia de orinar hasta el punto de orinarse encima.

Por otro lado, el cáncer de próstata en todos sus estadios iniciales no produce síntomas, sino que superpone, como ocurre a la misma edad, la sintomatología de la hiperplasia con la del cáncer. Lo que suele ocurrir es que un paciente acude a revisión por hiperplasia prostática benigna y acaba siendo diagnosticado de cáncer.

Sin embargo, el cáncer en sí, da pocos síntomas hasta que no evoluciona. Una vez evolucionada puede aparecer sangrado en la orina, síntomas digestivos, dolor óseo y otros síntomas secundarios, ya sea por la progresión local de la enfermedad o por metástasis.

Entonces, cuando aumenta la frecuencia de la micción, especialmente por la noche, ¿debe preocuparse?

La nicturia puede ser una manifestación clínica de algunas enfermedades del aparato urinario, pero también puede serlo de otras patologías, entre ellas la insuficiencia cardíaca, por lo que es necesario acudir a un especialista para que la evalúe.

¿Cuáles son los últimos avances tecnológicos en materia prostática?

En los últimos años los avances en las técnicas de diagnóstico y tratamiento han sido muchos y muy importantes, entre ellos el diagnóstico mediante biopsia de próstata por fusión, el tratamiento focal o terapia focal, y la cirugía robótica con los sistemas robóticos Da Vinci y Hugo.

La biopsia de próstata por fusión permite fusionar las imágenes obtenidas en una resonancia magnética multiparamétrica, donde por primera vez se ve la zona cancerosa del interior de la próstata, con las imágenes de ultrasonido realizadas en tiempo real, lo que posibilita un muestreo preciso, dirigido a la zona sospechosa de cáncer.

Una vez analizadas estas muestras, que aportan la extensión y agresividad del tumor, se decide la mejor manera de intervenir y tratar dicho tumor. A partir de este diagnóstico se puede atacar el cáncer con un abanico de opciones muy amplio, siempre personalizando el tratamiento para cada paciente.

¿Cuáles deben ser los cuidados de próstata que aconsejan y a partir de qué edad es conveniente hacerlos?

La realidad es que la patología prostática está asociada, en su mayor parte, a factores de riesgo no modificables, sobre los que no se puede actuar, como la edad, la herencia genética y la raza.

Sin embargo, es importante seguir unos hábitos de vida saludables que puedan mejorar los síntomas prostáticos, como la ingesta abundante de líquidos (entre 2-3 litros repartidos a lo largo del día), evitar la obesidad y el sedentarismo con ejercicio físico regular, e iniciar los controles de próstata a partir de los 45 años.

Leave a Comment

Your email address will not be published. Required fields are marked *

Scroll to Top